
México presentó oficialmente el 26 de noviembre de 2025, Coatlicue, la supercomputadora pública más potente de América Latina. El anuncio marca un hito para la región: una máquina diseñada para investigación avanzada en IA, cambio climático, salud, energía y ciberseguridad, que impulsa conversaciones sobre soberanía tecnológica y competitividad científica.
México dio un paso histórico este miércoles con la presentación de Coatlicue, una supercomputadora nacional que ya está generando conversación en X por lo que representa: un movimiento hacia independencia tecnológica, innovación pública y liderazgo científico regional.
Coatlicue, instalada en un centro especializado de alto desempeño, será utilizada por universidades, investigadores y equipos que trabajan en áreas críticas como modelos de inteligencia artificial, predicción climática, análisis de secuencias genómicas, simulación energética y prevención de desastres. Según autoridades del proyecto, su capacidad de cálculo supera con creces la infraestructura utilizada actualmente en la región, lo que coloca a México en una nueva liga dentro del ecosistema tecnológico latinoamericano.
El anuncio llega en un momento clave. Mientras países dependen del cómputo en la nube de gigantes extranjeros para entrenar modelos de IA, México apuesta por crear músculo propio. De acuerdo con expertos citados en medios nacionales, Coatlicue reducirá costos, permitirá entrenar modelos más complejos sin sacar datos sensibles del país y abrirá espacio para que startups locales desarrollen tecnología con acceso a una infraestructura que antes era inaccesible.
En redes, el lanzamiento ya está generando ruido. Trending topics como “soberanía digital”, “México potencia tecnológica” y “IA nacional” muestran el entusiasmo —y el debate— sobre los siguientes pasos: ¿podrá el país sostener el ritmo? ¿Cómo influirá esto en educación, Gobierno y empresas?
Lo cierto es que Coatlicue es un mensaje claro: México quiere competir en la próxima década y entiende que la infraestructura computacional es la base de la nueva economía.
Dato curioso: el nombre “Coatlicue” rinde homenaje a la deidad mexica asociada con la vida, la creación y la transformación, simbolizando el objetivo del proyecto: acelerar el renacimiento tecnológico del país.

